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Sin embargo, muy pocos saben que hace más de cien años existió un millonario imperio europeo desarrollado con la coca andina. Pero el auge comercial e industrial de la coca y su internacionalización comenzó en Europa después de 1860 en que se aisló su alcaloide cocaína, con la cual se prepararon decenas de medicinas, cremas, bebidas infusiones, lociones, pastas, harinas, alimentos, energizantes, pomadas y anestésicos que hicieron aun más famosa a la descubierta cocaína hasta que se evidenciaron reacciones tóxicas y adictivas por su mal uso o por su uso exagerado o inadecuado, por lo que la cocaína se retiró de los mercados farmacéuticos.
Decenas de productos a base de hojas de coca se vendían libremente y una gran industria y un variado e internacional comercio fue desarrollado por muchas personas, cuyas máximas expresiones fueron el famoso Vino Mariani y la bebida no alcohólica Coca Cola, que es la única sobreviviente de aquella época de oro. A más de 100 años de esa historia que parece cuento de hadas, sólo existe una tímida industria, en gran parte artesanal y limitadamente moderna industrial en Bolivia (Coincoca), Colombia (Coca Sek) y Perú, especialmente en la línea de mates y mixturas aromáticas, emolientes, galletas y golosinas diversas como caramelos y toffees, chocolates, licor de coca, cremas, jabones, lociones, bebidas energizantes harina de coca, cápsulas energizantes de coca conteniendo harina de coca micropulverizada, multicereales reportenciados con harina de coca, y últimamente un desarrollo de productos fundamentalmente a base de harina de coca. A ello hay que añadir la artesanía de joyas que utiliza hojas de coca decorativas y la industria bibliográfica sobre la coca y sus derivados.
Lo que es evidente y debe tomarse en cuenta es que “toda transformación de la hoja de coca rinde más ganancias que la compra-venta de la coca” y que “nada está perdido si se puede recuperar”.. Esto indica que cualquier producto a base de coca podrá incrementar las ganancias del agricultor y del industrial si ellos mismos la transforman. Para ello necesita conocimientos científicos sobre la coca y sus alternativas industriales. Asimismo necesita tecnología moderna para elaborar productos de calidad, especialmente ahora que se está promocionando y desarrollando la industria de la Harina de Coca.
Si bien la planta coca es más conocida por sus hojas, usadas para el tradicional chacchado e infusiones y para los modernos mates de coca en que se muelen las hojas y se ponen en infusión, últimamente se está desarrollando la industria de la planta coca a base de la molienda de sus hojas.
La harina, o polvo, de coca, es un derivado de la molienda de las hojas o de otras partes de la planta coca. Si bien no existen muchas referencias históricas sobre el preparado ni uso de la harina de coca, con las hojas de coca se pueden desarrollar productos que contengan cocaína (coca natural cocainizada) y otros sin cocaína (descocainizados o desalcaloinizados). El primer grupo servirá para la industria y el comercio nacional en Bolivia, Colombia y Perú, y países que no se han adherido a la Convención Unica de 1961 (como Sud Africa que últimamente ha importado mate de coca de ENACO), sin restricciones, salvo para la extracción de cocaína (alcaloide) para preparados con cocaína (base, crack, clorhidrato o sulfatos de cocaína), los que deberán estar regulados y prohibidos para uso industrial y comercial, salvo aplicaciones médicas y de investigación especificas. Decenas de productos cocainizados para uso exclusivo oral y dérmico pueden entrar rápidamente al mercado nacional. Para diseñar una industria adecuada a base de coca es necesario conocer bien la composición química de la coca de la región que se usará y eso incluye conocer los nutrientes, aceites y el porcentaje de alcaloides, especialmente la cocaína, que contiene. Sabemos que las cocas que contienen más cocaína son de las del Cuzco y Huánuco en el Perú y Chapare y Yungas en Bolivia (Erythroxylum coca con 0.6% a 1% de cocaína) y las que contienen porcentajes más bajos son las de Trujillo en el norte peruano y Cauca en Colombia (Erythroxylum novogranatense, con menos de 0.6% de cocaína.. No tenemos datos químicos sobre estudios de la coca tipo Ipadú que crece en los límites de Brasil, Colombia y Perú, que es una variante amazónica de Erythroxylum coca.
La Harina o Polvo de Coca: Definición
Entre los productos a base de coca, se puede preparar harina o polvo de coca. La más conocida y preparada es la harina de coca de las hojas, pero también se puede preparar harina de coca de los productos residuales, que pueden servir para alimentación animal e inclusive humana cuando se necesite administrar mucha fibra. De acuerdo al diccionario Larousse (1995), la palabra Harina deriva del latín femenino farina, que se define como “semilla reducida a polvo” (harina de maíz, de trigo, de mandioca). El diccionario Rances (Sopena 1882), la define como: “Polvo resultante de moler granos, semillas, legumbres, etc.” Hay que diferenciarlo de otras moliendas en que los granos o semillas no son reducidas a polvo, como en el caso de las hojas de coca molidas que se envasan en las bolsitas de mate de coca. Por lo tanto, la Harina de Coca es el polvo resultante de la molienda de las hojas de coca, especialmente en un molino de bolas, a temperatura ambiente ligeramente elevada por el proceso mecánico de la molienda y que da como resultado una sustancia de consistencia polvorienta (hojas de coca micropulverizadas), integral (con todos los elementos químicos y nutrientes de la hoja de coca natural), de acuerdo a lo informado por la Dra. Silveria Dongo, Química de ENACO.
En la actualidad se está promocionando el uso masivo de la harina de coca. Algunas de las harinas de coca que se producen artesanalmente presentan consistencia muy irregular tanto en el tamaño del molido (heterogéneo), como en la cantidad de residuos (fibras), lo que limita sus aplicaciones y pueden bajar la calidad del producto final. Desgraciadamente la mayoría de esos productos alimenticios, entre los que se puede encontrar hasta panetones de coca, no cuentan con licencia de Digesa ni del Ministerio de Industria, lo que hace imposible garantizar su calidad
La harina de coca preparada y expendida por ENACO SA, ha sido analizada en laboratorios de química y el promedio de sus especificaciones técnicas es el siguiente:
“Polvo de hoja de coca, áspero al tacto, de color verde con aroma y sabor propio a hoja de coca, humedad entre 8 y 12%, límite máximo de alcaloides de 1.2 g% (70-80% de cocaína), cenizas 8.5%, acidez 1.46 g/100, subproducto obtenido de la molienda de hoja de coca empleada para filtrantes. Vida útil de ionizado de 2 años en condiciones de almacenamiento adecuadas, frescas y secas. Se puede envasar en bolsas de polietileno a granel, o bolsas de aluminio bilaminado”. Asimismo, muestras de harina de coca sometidas a análisis microbiológicos y fisicoquímicos, indicaron ausencia de salmonellas y los otros elementos (mohos, bacilos, levaduras, enterobacterias), estuvieron dentro de los rangos permisibles.
Principios Farmacológicos de la Harina de Coca
Los efectos farmacológicos del uso de la Harina de Coca por vía oral sigue los principios de la farmacología de la cocaína oral. Los efectos de la cocaína oral (y por vía dérmica), son muy diferentes a los efectos por las vías nasal, pulmonar o intravenosa. Su uso intramuscular es raro. Por vía oral, como la consumen los chacchadores y los bebedores de infusiones, incluyendo los mates, la cocaína se absorbe muy lentamente por el intestino y se destruye muy rápidamente al entrar a la sangre y en el hígado, por lo que nunca alcanza velocidades violentas de ingreso ni concentraciones lo suficientemente altas como para excitar al consumidor. La cocaína por vía oral “estimula” pero no excita, algo similar a lo que ocurre con el café. Por vía dérmica la cocaína anestesia, pero no estimula ni excita. Por vía nasal, pulmonar o endovenosa, la cocaína se absorbe muy rápidamente y alcanza niveles altos en poco tiempo, llevando a la excitación del sistema nervioso y otros órganos, desarrollando trastornos de conducta y distrés. Por esas evidencias y diferencias farmacológicas los usuarios de cocaína oral no presentan trastornos significativos de la presión, pulso, respiración, clínicas, hematológicas, ni conducta adictiva patológica y más bien dan respuestas favorables para compensar el estrés. Múltiples estudios han demostrado estas afirmaciones, como los trabajos de Siegel y colbs. (Cocaine in Herbal Teal, 1986), Rush y colbs (Acute physiological and behavioral effects of oral cocaine in humans, 1999), y Walsh y colbs.(modulation of cocaine intravenous effects by chronic oral cocaine in humans,2000), este último con clorhidrato de cocaína por vía oral. Entre los estudiosos peruanos mencionaremos a T. Moreno y Maíz, C. Monge, H. Unánue, F. Cabieses, R. Ramos-Aliaga, C. Collazos y colbs., L. López, T. Llosa y L.M. Llosa.
Valor Nutritivo de la Harina de Coca
Uno de los argumentos más alegados en la defensa del uso de la coca es su valor nutritivo. Varios estudios lo han confirmado, entre los que sobresalen los de Collazos, Urquieta y Alvistur (Lima, 1965), Duke, Aulik y Plowman (Bolivia, 1975), Carter y Mamani (Bolivia, 1978), Marina Escobar (Cusco, 1993), Cáceres, Hurtado y Pinares (Cusco, 1993), y Serrano (1993), en el Cusco, quiénes analizaron los componentes y las cantidades de nutrientes que poseen las hojas y desarrollaron productos alimenticios experimentales como los elaborados por Rosa Urrunaga y Marina Escobar (1994) en el Cusco. Las hojas de coca integrales contienen todos sus componentes naturales: hidratos de carbono, proteínas, caroteno, tiamina, riboflavina, vitamina C, niacina, calcio, fósforo, hierro, sodio, potasio y alcaloides naturales entre los que se encuentra la cocaína. De la planta se pueden obtener aceites saborizantes para caramelos y perfumes, entre otras aplicaciones.
Sin embargo en la práctica la industria alimenticia es la que menos ha utilizado estos potenciales, siendo muy curioso que no exista ninguna “comida” típica a base de coca que se venda en los restaurantes, como existen comidas típicas en cada región (papa a la huancaína, rocoto relleno, causa limeña, empanadas salteñas en Bolivia o caldudas en Chile, etc), ni jugos o concentrados similares a la chicha morada o de jora. Se venden galletas, tamales, bizcochos, pero en forma muy limitada y con muy baja demanda.
La idea y la práctica general es que la coca no se come sino se chaccha y se bebe. Es necesario averiguar el por qué no se desarrolló una industria alimenticia a base de coca durante el Imperio Incaico ni en la época republicana, no sólo humana sino tampoco animal. En algunas zonas amazónicas limítrofes se come amasado de coca tostada que se prepara en ollas de cerámica y se ingiere en ceremonias. Se requiere realizar estudios sociológicos modernos.
Absorción de los Nutrientes de la Harina de Coca
Mucho se está hablando sobre los valores nutritivos de las Hojas de coca (naturales, molidas, en harina o infusiones). Algunos autores han referido que los elementos nutritivos de la coca no son asimilables. Sin embargo estudios más modernos han dejado sin lugar a dudas que las cantidades altamente significativas de nutrientes de la coca se absorben adecuadamente, inclusive algunas como la tiamina, al 100% , como lo demostró el estudio Collazos en 1964.
Hay que tomar en cuenta que generalmente las proteínas de todas las hojas de las diversas plantas se absorben en bajo porcentaje y que las proteínas vegetales se obtienen mayormente de los cereales y menestras. Sin embargo, todos sabemos que la mejor fuente de proteínas son las carnes animales., como comenta el antropólogo Trigo. “Ninguna proteína vegetal es completa; ninguna tiene todos los aminoácidos esenciales completos. Las fuentes proteicas vegetales se buscan en los cereales y menestras”.
En su investigación, Collazos, Urquieta y Alvistur realizaron estudios con coca de la Convención (Cusco), Calca (Cusco), Huamalíes (Huánuco) y Celendín (Cajamarca), determinando las cantidades promedio de humedad, nitrógeno, fibra, cenizas, calcio (el más alto entre las plantas de la región andina), fósforo, fierro, caroteno, vitamina B1 (tiamina), Vitamina B2 (riboflavina), niacina y cocaína, concluyendo que en las 23 muestras de hoja de coca se comprobaron valores llamativos de nitrógeno, calcio, caroteno, riboflavina, tiamina, hierro y niacina. Los resultados fueron sugestivos de la buena absorción y transformación del caroteno en vitamina A. En dicho estudio, 6 voluntarios chaccharon (5 usando cal y uno sin llipta), cantidades de hojas de coca que variaron entre 35 y 50 gramos de hojas en cuatro horas, los voluntarios absorbieron entre 60 y 160 mg de cocaína. El pulso y la frecuencia respiratoria y la presión arterial, así como la conducta base al inicio del estudio, no variaron significativamente.
Este estudio fue realizado con coca peruana, a diferencia del realizado por Duke, Aulik y Plowman (de la universidad de Harvard), con coca boliviana y si bien coinciden en los análisis del contendido de nutrientes en ambas plantas, los críticos y estudiosos de los valores nutritivos de la coca generalmente sólo mencionan el estudio de los americanos. Ambos estudios son muy claros en resaltar el gran contenido de nutrientes de las hojas de coca..
En el estudio Collazos se determina la absorción de varios nutrientes, entre ellos la tiamina (100%), riboflavina y caroteno, antes y después de la masticación y porcentaje de su extracción. Referente a la riboflavina parece existir relación directa entre la cantidad de coca mascada y la extraída y en el caso del caroteno se extrajo más del 50%..
La conclusiones de Collazos y colaboradores indicaron que la hoja de coca, tal como se le mastica, contiene varias sustancias nutritivas, algunas de ellas en proporción llamativa (calcio, caroteno, riboflavina, tiamina, hierro y niacina),y durante la masticación se extraen proporciones no desdeñables, por cierto, de varios nutrientes, entre ellos la provitamina caroteno y la vitamina A, que aumentan su concentración en la sangre.
Por su parte Duke y colaboradores resaltan el contenido de nutrientes que tienen las hojas de coca y su notoria cantidad en comparación con otras plantas conocidas de la región, coincidiendo con los análisis de Collazos. Duke y colaboradores opinan que “pocas plantas alimenticias pueden suplir el calcio y el hierro en la Ración Dietética Recomendada (RDA). Los informes presentados aquí sobre las hojas de Bolivia sí llenan los requisitos de la RDA”.
Es curioso que a pesar de que el estudio de Harvard es mencionado constantemente, no se mencionan puntos claves como los arriba citados, sino sólo la cantidad de nutrientes, pero sin enfatizar las conclusiones del estudio. Igual ocurre con las conclusiones del estudio de Collazos. Aparte del estudio de Machado (Lima,1972) sobre la planta coca y el de Collazos (Lima,1964), no se han realizado muchas investigaciones sobre el contenido y absorción de los nutrientes de la coca. Parece que el último estudio fue realizado en el Instituto Nacional de Nutrición de Lima, a pedido de Enaco, en 1982, con resultados similares. Pero no hay hasta la fecha ningún estudio con Harina de Coca, más allá de los análisis químicos de su composición.
Usos medicos de la Harina de Coca
Mucho se promocionan los beneficios de la harina de coca en la salud humana. Sin embargo esta nueva modalidad de usar las hojas de coca que, aunque hayan algunas menciones anecdóticas de su uso en el incanato, no ha sido estudiada adecuadamente ni con casuísticas clínica ni estadísticamente válidas. Por eso mencionamos aquí algunos datos técnicos para tomar en cuenta cuando personas no médicas recomienden el uso indiscriminado de la harina de coca, recordando sin embargo, que son muy raras las contraindicaciones del chacchado de las hojas de coca, por lo que su uso bajo la modalidad de harina de coca no debería presentar mayores problemas para la salud. El problema está en la dosisifcación, que en la mayoría de casos no ha sido medicamente calculada y en su administración a aquellas personas de alto riesgo, como los hipertensos descontrolados, las embarazadas, niños pequeños o personas con glaucoma y alérgicas a alguna proteína u otro componente de la coca.
Tratamiento de la adicción a cocaína y pasta de coca: hay estudios con pacientes adictos a cocaína y pasta de coca que ingieren harina de coca contenida en cápsulas de gelatina. Son los únicos tratamientos con protocolos clínicos y de laboratorio, realizados con harina de coca y publicados.
Tratamiento de la hiperactividad: no hay estudios, pero hay observaciones anecdóticas. Se está diseñando un Protocolo de investigación en adultos, pues los comentarios de los usuarios de harina de coca son favorables en la focalización de la atención laboral y académica. .
Tratamiento de enfermedades infantiles: no hay estudios ni se sabe de algún Protocolo de investigación con harina de coca en niños.
Tratamiento de enfermedades de la ancianidad: no hay estudios, aunque hay muchas menciones anecdóticas, pero no existe un Protocolo de investigación en ningún aspecto de la ancianidad, como déficit de memoria o Alzheimer, en los que probablemente puedan tener efectos benéficos, tipo nicotínico.
Tratamiento de mujeres gestantes: no hay referencias ni estudios sobre uso de harina de coca en gestantes, ni durante la época de lactancia. No hay referencia de su uso en las gestantes del incanato.
Tratamiento de la osteoporosis: no hay estudios, pero hay observaciones anecdóticas. No sabemos si existe algún Protocolo de investigación en desarrollo. Sin embargo sería muy conveniente que las entidades de salud desarrollen protocolos con harina de coca, pues es la harina natural que contienen la mayor cantidad de calcio entre todas las plantas andinas.
Tratamiento de la desnutrición: no hay estudios, sino referencias anecdóticas. Debería haber estudios sobre los efectos nutritivos de la harina de coca, ya que su contenido altamente nutritivo y su buena absorción han sido demostrados en varios estudios nacionales y extranjeros.
Tratamiento de la coagulación bucal-odontológica: no hay estudios con harina de coca (*)
Tratamiento de la fatiga laboral, académica y deportiva (modulador del estrés):no hay estudios con harina de coca. Sí hay estudios con hojas de coca en actividades deportivas.
Tratamiento de los estados de ánimo (modulador): no hay estudios con harina de coca.
Tratamiento de la obesidad y bulimia: la coca, las infusiones de coca y la harina de coca controlan el apetito sin desnutrir y sus efectos son conocidos de antaño. Sin embargo no hay estudios clínicos controlados que demuestren la correcta dosificación y consecuencias hematológicas y ponderales a largo plazo.
(*). En el 2005 la odontóloga Danitza Espinoza demostró la reducción del tiempo de sangrado en las extracciones dentales aplicando paños de extractos de coca descocainizada en las encías y cavidades dentales de los pacientes. En ese caso es posible atribuir la cicatrización al tanino contenido en las hojas. Si la cicatrización se hiciese con hojas integrales, lo lógico será pensar a que se debe a los efectos vasoconstrictores de la cocaína que contienen las hojas. La harina de coca puede usarse con iguales y posiblemente mejores resultados para reducir el tiempo de sangrado en operaciones dentales, especialmente si se mezcla con una sustancia alcalina.
La historia de las restricciones del uso de la “coca” son más antiguas que las de la cocaína porque se menciona que su consumo estaba restringido para la nobleza, como comentan Hernández de Ovidio y Valdéz en 1547 y Garcilazo de la Vega en 1609. La restricción a la “cocaína” apareció entre 30 a 50 años después de descubrirla y aislarla de la planta coca (1860), cuando se presentaron evidencias de que su uso producía reacciones y conductas adictivas (por uso intramuscular y nasal) o tóxicas (sobredosis dérmicas).
En Bolivia y Perú, firmantes de las Convenciones de 1961 y 1988, se presenta la ambivalencia legal respecto a la regulación de la compra y consumo de coca y cocaína, ya que en cualquier mercado se puede adquirir sin limitación de cantidad ni edad varios kilos de coca molida y varios gramos de cocaína contenida en dichas hojas, tal como es el caso de los mates de coca y sus mixturas y actualmente contenida en la harina de coca, además en los diversos vinos, aguardientes, tónicos o dulces que se expenden en Bolivia y Perú. La pregunta es por qué los adictos no compran o agotan tales productos en los mercados y la respuesta es simple, pues la cocaína por vía oral estimula con lentitud pero no excita con prontitud que es lo que buscan los adictos. Pero también la compra-venta de los mates y sus mixturas han bajado en la población general y posiblemente se deba a las campañas en contra de las hojas de coca y a la deficiente publicidad de los comerciantes de los productos de coca, que no aprovechan la legalidad local para diseñar y fabricar productos de calidad a base de hojas de coca.
Al igual que las hojas de coca, la compra de harina de coca está regulada por Enaco, que con una mentalidad más globalizada y realista, basada en parte en argumentos científicos y financieros, está propiciando su venta. Es deseable que los requisitos sean muy exigentes para los que tienen antecedentes de mal uso de la coca, pero no a los industriales y comerciantes que no son transformadores de la harina sino “envasadores”, ya que no están manipulando la composición ni transformando la harina de coca comprada a Enaco. El precio de la harina de coca (promedio de 4.50 dólares el klio), es mayor que el de las harinas nutritivas comunes (trigo, cebada, camote, maiz), lo cual indudablemente encarece el producto final, pero indudablemente bajará cuando haya una distribución más racional.
Asimismo, el consumo de harina de coca aún en dosis pequeñas arrojará resultados positivos al metabolito benzoilecgonina de la cocaína, en promedio 3 días, por lo que hay que tener esos datos en consideración cuando se realicen exámenes de orina para aspectos deportivos o laborales. Las pautas de los exámenes toxicológicos son equivalentes a las de la toxicología del chacchado y a la ingesta de infusiones (mates) de coca.
La Industria médica de la coca no es una novedad. Como lo demuestran la historia y los productos que sobrevivieron especialmente la famosa coca cola, que inicialmente se promocionaba como tónico para los nervios y dolores de cabeza. Aunque la industria de la coca nunca desapareció, si se redujo a una industria artesanal y escondida a causa de las prohibiciones y políticas erradas de los gobiernos andinos. Sin embargo las investigaciones científicas de los efectos de chacchado y beber hojas de coca continuaron en diversos laboratorios nacionales y extranjeros, demostrándose que el uso de la cocaína por vía oral en dosis muy superiores a las consumidas por los chacchadores tradicionales y por los bebedores de infusiones de coca, incluyendo los mates, no producía trastornos psicológicos ni de conducta, ni llevaba a enfermedades.
Más bien, se demostró una vez más que consumir hojas de coca aumenta la resistencia al trabajo y mejora el ánimo, reduce el estrés laboral y el de la vida diaria, siendo un magnífico natural energizante natural.
En los últimos años, los defensores del buen uso de la coca y sus derivados, entre ellos científicos, sociólogos y actualmente industriales, han reiniciado la elaboración de productos a base de coca integral, de sus extractos o de su harina, gracias a la presión que muchos industriales artesanales han hecho para popularizar los productos a base de coca, pero también se están incrementando el número de industrias que han obtenido licencias para industrializar y comercializar las hojas de coca bajo su forma de harina o extractos.
Sin embargo, no todos los promotores de la harina de coca poseen la información o conocimientos fundamentales del contenido y de los efectos del uso de la harina de coca, por lo que se ha creado mucha confusión y exageraciones o deformaciones sobre sus bondades o perjuicios. Hay personas que recomiendan la harina de coca para todo, sea cáncer, sida, osteoposrosis y también para el uso en niños. Eso no es correcto si no hay evidencias tradicionales ni científicas. Administrar regularmente harina a los niños no tiene un fundamento científico probado, ni tradicional, ya que los incas no les administraban habitualmente harina a sus hijos. Recién cuando empezaban a trabajar (12 a 14 años) se iniciaban en el chacchado de las hojas, usando una sustancia alcalina a base de cenizas de plantas o sus semillas (llipta). Sin embargo nunca se demostró el por qué usaban sustancias alcalinas (llipta). Algunos afirmaban que era para bajar el sabor fuerte de la coca y otros más acuciosos decían que era para extraer mejor la cocaína de las hojas. Ambas hipótesis eran válidas, pero la segunda era la verdaderamente científica.
DR.TEOBALDO LLOSA